XXIV
ATONALTZIN DESAFIA A LA LID A
MOCTEZUMA ILHUICAMINA
La mixteca,
después de algunos años de paz, entro en
un periodo de agitación en el otoño de 1455. Un sentimiento unánime de
patriotismo había respondido al llamamiento de su soberano; por todos los
pueblos se alistaban los cuerpos del ejército destinados a repelar la invasión
Tenochca y en todos ellos se acopiaban víveres, se fabricaban armas y se
reconstruían las fortalezas.
El
motivo de la rotura de relaciones entre la Mixteca y México era la política
absorcionista de los Reyes Tenochca.
Había
en Coixtlahuaca un gran mercado, al que concurrían muchos comerciantes de
lejanas tierras, unos a comprar y otros a vender, pues en él se encontraban
alhajas de oro, plata y cobre, oro en polvo, plumas finísimas y baladíes,
cueros de tigre, ropa primorosa, cerámica de gusto, cacao, hule, tabaco, maíz,
frijol, frutas y muchos artefactos, procedentes de la mixteca, zapoteca,
mazateca, Chinanteca, Cuicateca y otras partes.
Los
mexica, aprovechándose de las franquicias del comercio, concurrían al
tianquiztli no solo con objeto de comprar y vender sus producciones, sino con
el fin siniestro de informarse de los elementos de guerra y de riqueza con que
contaban los pueblos mixtecas, para que llegado el caso los reyes de
Tenochtitlan hicieran la conquiste de ellos con conocimiento del terreno y
recursos de defensa.
Fastidiado
el valiente Atonaltzin Rey de Coixtlahuaca del espionaje y de los abusos que
cometían los mercaderes tenochca, quienes se creían superiores a todos, les
prohibió, de acuerdo con los Reyes de Tilantongo y Tututepéc, no solo la
entrada al mercado, sino también el paso por su Estado, ordenando a las
autoridades, que si después de requeridos, volvían a presentarse, se procediera contra ellos y se
les sentenciara a muerte por desacato a sus mandato.
Moctezuma
Ilhuicamina, a quien se quejaron los mercaderes, envió a Atonaltzin una
Embajada a requerirlo de guerra si no levantaba la prohibición.
La
embajada llego a Coixtlahuaca sin novedad, y fue recibida en audiencia con todo
el ceremonial indígena por el Rey Atonaltzin,
que se presento en ella lujosamente vestido para manifestar su
esplendor.
Parado
frente al Rey, el Embajador Mexicaltecahtli le dijo en voz sonora:
“poderos
o Señor: - Mi Rey y Señor Moctezuma Ilhuicamina, tiene noticia de que habéis
dictado una providencia inconveniente en contra de los mercaderes mexica, que
se califica, de barbará, puesto que ella les prohíbe entrar y comerciar en vuestro estado.”
Quiere
mi Rey que levantéis esa prohibición que lastima a nuestro comercio y sacrifica
a los mercaderes. Si como espero, lo hacéis así, contad con su amistad, que os
la ofrece franca y leal, y si no, sabed que esta pronto a haceros la guerra, lo
mismo que a vuestros aliados los Reyes
de Tilantongo y Tututepec para hacerse respetar. Entretanto, señor, recibid
este presente que os envía por mi conducto como una muestra de afecto y
cariño.” – El Rey protesto así:
“Señor
embajador: la providencia que pretende el poderoso Rey Moctezuma Ilhuicamina
derogue en obsequio de su amistad y en bien de los mercaderes tenochca, la
dicte con conocimiento de causa y no de una manera bárbara como se cree. Estos
mercaderes son espías de vuestro Rey que vienen a tomar nota de nuestro
gobierno y de los elementos con que cuenta, para caer después sobre nosotros
como ave de rapiña y sujetarnos a
vasallaje. Además esos mismos mercaderes tratan con altanería a mis súbditos,
pues los ultrajan de obra y los ven como si fueran sus esclavos. Disimular esos
abusos es tanto como contribuir a la degradación de sus ánimos y prepararlos a
recibir vasallaje extraño. – Por otra parte, la política hipócrita de Moctezuma
Ilhuicamina respecto a los estados independientes, nos hace reparar
en su suerte, y deciros como os digo, que no es franca y si obsorcionista, aunque la encubra con rasgos
de amistad, tarde o tempano vuestro Rey nos ha de hacer la guerra, pues desde
hace diez años se medita en la Corte de México un golpe de mano a la Mixteca,
Zapoteca, Mazateca, Chinanteca y otros pequeños estados.
Lo que
ha de ser tarde, que sea temprano. Decid a Moctezuma que no estoy dispuesto a levantar
la prohibición a los mercaderes Tenochca y que acepto la guerra con que me
amenaza. Igualmente decidle, que recibo el presente que me envío con vos, como
un recuerdo, por el cual os suplico le deis mis agradecimientos.
A mi
vez, Sr. Embajador, pongo delante de vos, este presente de riquezas mixtecas,
para que tengáis la bondad de llevarlo a vuestro soberano, al que diréis, que
por ellas vera lo que me atributan mis súbditos, para que si lo venzo, sepan lo
que deben darme de tributo los mexica.”
El
embajador se retiro de Palacio, y recibido por Moctezuma Ilhuicamina. Comunico
a este, concepto por concepto, la respuesta de Atonaltzin. Al día siguiente
partió para México, a cuya ciudad llego después de ocho días.
Presente
Mexicalthecuhtli en el Palacio, y recibido por Moctezuma Ilhuicamina, comunico a este, concepto por
concepto, la respuesta de Atonaltzin. No pudo contener su asombro Moctezuma, y
exclamo: “Se conoce que es valiente Atonaltzin, y que no teme ni a mi ira ni a
mi poder. Iré a buscarlo.”
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