miércoles, 2 de mayo de 2012

Declaración de Amor


III
DECLARACION DE AMOR

Visitas reales.- Manda Moctezuma construir un palacio a la reina y la traslada a él. – Declara Moctezuma su amor a la hermosa viuda. – Rechaza Xochiquetzal la proposición de matrimonio. – Muere cautiva la reina, pero fiel a la memoria de Atonaltzin.

Moctezuma, fiel a su propósito, visita a la reina cada cinco días. Ella lo recibía con todo decoro y respeto; él caballeroso y galante le prodigaba consuelos y aun le daba esperanzas de volver a su país.

No juzgando Moctezuma digna de una reina de su mansión de recreo,  la mando construir un palacio, y concluido, la traslado personalmente a él y la rodeo de toda clase de consideraciones. Moctezuma sin violentar al corazón de la hermosa viuda quiso cautivarse sus afectos a fuerza de generosidad y de magnificas liberalidades. Ella comprendía que la amaba el anciano rey, y que por eso hacia tanto en su obsequio, y conociendo su corazón decía: “solo tengo para él un gran tesoro, el de mi eterna gratitud.”

Por fin Moctezuma, después de muchas visitas, se resuelve a declarar su amor a la reina, y le habla en estos términos:
“Idolatrada princesa: os eh probado con hechos significativos que os quiero con ternura y hoy os digo que pretendo de vuestra belleza y de vuestras cualidades morales, que os amo con pasión y que deseo haceros participe de mi trono. Os ofrezco mi mano; tened la bondad de consultar vuestro corazón, y decirme sin recelo si la aceptáis.”

“Mi rey, le contesto la viuda, la reina Xochiquetzal, vuestra cautiva, os quiere como se quiere a un protector, como se ama a un padre, y así os tengo en el fondo del corazón. Vuestras bondades me obligarían a aceptaros por esposo, lo mismo que la vanidad y la conveniencia; pero es el caso que encuentro yerto mi corazón para el amor; así que si late aun a impulsos de la sangre, es porque ella lo alienta mecánicamente, mas no le imprime vida, es decir, alegría, que es la felicidad mundana; fuego, que es el amor.

“Si os dijera, señor, que os amaba, sin sentir amor  por vos, sería una mujer infame y os sacrificaría, porque mis caricias y mi ternura no estarían con vos. El orgullo de ser esposa de un rey poderoso como sois, no me alaga, como también me inclina la conveniencia de hacer libre a mi pueblo, por medio del ascendiente que ejerciera en vos. Sacrifico todo, todo, en aras de la felicidad a la memoria de mi esposo, con tal de parecer digna a vuestros ojos y a los de la sociedad tenochca.

“No os vayáis a enojar con esta resolución, nacida de la intimidad del alma, porque lastima vuestra dignidad. Yo se que sois bueno conmigo hasta el exceso, y a esta bondad me acojo, suplicándote me perdonéis esta falta. Yo señor, os seguiré queriendo como a mi padre y vos a mí como vuestra hija.” Tomo la mano Moctezuma y le imprimió un beso en señal de respeto.

“Criatura angelical, le dijo el enamorado rey, me habéis cautivado con vuestros razonamientos y os amo ahora más que antes. Pensad con calma sobre mi pretensión, y tened entendido, que sin vos no puede vivir este monarca.”

Moctezuma se despidió de la reina viuda, diciendo en su interior: “es obra del tiempo y de las circunstancias la posesión de esta linda mujer.”

Por algún tiempo la corte, y principalmente las damas, estuvieron pendientes de los resultados de la pasión de Moctezuma.

La reina chochonteca en todas las tentativas de Moctezuma fue insensible a su amor; rechazo constantemente con finura y tino sus proposiciones de matrimonio, y murió de dolor de costado, siendo cautiva suya, en 1468, pero fiel a la memoria de Atonaltzin.





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